#1 @misipisi Los chinos son asombrosos. Llevan décadas aquí y nunca han demandado políticas especiales ni reconocimiento de ningún tipo. La mentalidad maoísta los convierte en hormigas trabajadoras, disciplinadas y sacrificadas. No digo que sean celestiales, pues es evidente que muchos de ellos forman parte de redes mercantiles que intentan sortear los controles de la UE importando material made in China. Si bien puede haber delincuencia de tipo fiscal o incluso laboral (jornadas excesivas, explotación de sus propios compatriotas, etc.), la violencia y delincuencia callejera por su parte es prácticamente nula. Estoicamente aguantan los miles de intentos de hurtos en sus comercios y los comentarios xenófobos hacia ellos (me da más rabia a mí que a ellos cuando los llaman "chinitos/as"). Me gustaría que los chinos se integrasen más en la sociedad, ya que es gente con honor y valores.

Visca la terra lliure 🎗️

Sí. Es necesario.

Aparte de lo que dice #1, lo de reenviar audios sin consentimiento, ¿qué? Ni que fueras jugadora del Castilla.

#7 Soy valenciano, así que me sorprende. Pero sí, empiezo a sentir cosas 😳.

#6 A mí me interesa el fútbol tanto como deporte como fenómeno social y cultural. Soy futbolero y no me escondo. Cuando sientes la conexión entre miles de personas en una grada, es un hecho conmovedor. Esa efusividad irracional es al mismo tiempo signo de humanidad, de encuentro con el otro e identificación. Es más, lo que menos me gusta del fútbol moderno, además de las cifras económicas exorbitantes, es que, al medrar la lógica del consumo, la relación entre equipos y seguidores ya no es la del sentimiento. El aficionado es cada vez más cliente, alguien dispuesto a cambiar de chaqueta según lo que se le ofrezca o venda.

#5 ¿400 € en el centro de Valencia? Me dejas anonadado.

Hay que diferenciar militancia de intento de aproximación sin maniqueísmo. El nazismo debe contextualizarse y estudiarse sin miedo. Porque alguien lea Mein Kampf no quiere decir que apoye la segregación racial; a lo mejor quiere conocer desde todos los puntos de vista el fenómeno social reciente más mencionado, casi siempre como argumento falaz, en los debates.

Sí, en Internet hay mucho nazi amenazante, como hay mucho "marxista-leninista" que cuando cierra el chat se pone el pijama de Dragon Ball y cena lo que la mami le ha cocinado, pese a haber anunciado la Revolución para mañana, con su respectiva coerción.

Distingamos registros y permitamos que en el debate exista la menor censura posible. Se acaba muy fácil tachando al oponente de hitleriano.

Replicamos 1:1 los debates estadounidenses e importamos sus puntos de vista. Europa ha perdido la centralidad en estos debates y ahora somos vástagos de la decadente primera potencia mundial. La hiperconexión lo ha favorecido, y los medios no han tenido reparos en adoptar aquellos juicios de valor y expresiones. Colonización cultural. Hubo una época en que los izquierdistas eran antiglobalización en su mayoría, hoy son los primeros adalides de ella.

Hay que cambiar la manera en que tratamos el suicidio. La moralina tradicional y el paternalismo médico siguen dominando el asunto, bajo la ley del silencio amparada por el buenismo.

Creo que, además de los condicionantes materiales tales como situación económica y laboral, hay que considerar las consecuencias del atomismo social, y la cuasi imposibilidad que manejamos para revertirlo.

Veo necesario ir más allá de la retórica de los cuidados y analizar las consecuencias directas de una sociedad abierta que está fallando en la integración, no de los foráneos, sino de los patrios. ¿Cuál es la alternativa a la tradición, más allá de empujar la pelota al ámbito de las decisiones privadas? ¿De qué manera hacemos que la gente se sienta parte de un todo y no esferas aisladas sin vínculo con el resto?

En la época de la dopamina barata, con luces de neón y ofertas flash, tenemos mayor prevalencia de depresión, ansiedad y soledad. El que quiera entender, que entienda.

#2 ¿La proporción entre hombres y mujeres seguidores es parecida en ambos deportes?

#3 No es sólo que hay más gente siguiendo el fútbol, es la edad media de la misma. Incluso los futboleros adultos adquirieron sus hechuras durante su infancia y adolescencia. La rivalidad Messi/CR7, por ejemplo, es algo muy infantil que me recuerda a la guerra de consolas. Son niños reales o figurados, permitiéndose expresarse como tal.

Para mí el fútbol es sentimiento y es religión, y ello implica borreguismo e irracionalidad.

Simplemente: a mayor proporción de personas, mayor probabilidad de incidencias. Mira en Turquía y los Balcanes cómo se comportan las gradas de baloncesto. Es la naturaleza humana aflorando. De hecho, esa es la clave, el fútbol es un escape, una vía de alivio donde la gente vuelca sus frustraciones que vienen de su vida privada.

Bua, ojalá otro confinamiento. El mejor año de mi vida: 2020.

Yo creo que Marcus lleva razón. El tema es que alimentarlos no es lo único que han de hacer unos padres. De ahí vienen muchas personas rotas que son adultos disfuncionales. Los padres tienen que tener unas convicciones y un plan educativo, más allá de inculcar unos valores que han de ser congruentes con el estilo de vida propio. Además del dinero, que es la principal y evidente ventaja competitiva que se puede tener, la mentalidad y la fortaleza de mente es el mayor legado que se puede transmitir.

Todos los hijos que reniegan de los padres o son repudiados por los padres arrastran traumas.

#2 Amigue, tu misandria puede solucionarse si te deconstruyes.

#1 Anda que no jode cuando te falta algo en la nevera y es porque te lo han cogido ellos, ellas o elles.

Yo prefiero que me dejen en paz a mi bola. Y si la caja de cobro es autónoma, mejor aún.

#6 @bitchute Los autodenominados hijos de la clase obrera, en España, sí viajan, y mucho. Viven de prestado porque sus fotos en Instagram son la prioridad. Esos que ganan de 1500 netos para arriba y no se consideran (porque, atendiendo al coste de vida,no lo son) privilegiados, pero que no tienen ni puta idea de lo que es vivir con 600/900/1200 leros a month.

Lo cortés no quita lo valiente. Muchos de los hijos de la "clase media" han crecido viendo películas de Hollywood que quieren protagonizar, son burgueses wannabe, desclasados, adictos a "las experiencias" que el capitalismo les brinda. Tener Netflix no es lo que te impide tener casa, pero la sociedad que nos ha llevado a Netflix, Amazon y Airbnb sí, y esa sociedad no habría sido posible sin la mentalidad de derroche (consumismo) y adicción a la novedad de la peña. En definitiva, la inmadurez perpetua de gente que quiere seguir viviendo en cuentos de hadas es el mejor baluarte para las grandes empresas.

#2 @javilemans El europeísmo y el hispanismo son dos vías distintas para un mismo propósito, fundamentar la naturaleza y esencia de lo español. Como toda identidad, lo español depende de un relato histórico-político determinado. Sin embargo, para cada una de estas dos posturas la restante es un arma para destruir lo propio. La realidad es que a un paraguayo o a uno de Bristol le sudamos los cojones a partes iguales, y su interés por España dependerá del rédito que ellos puedan sacar de lo nuestro.

Grande Blas de Lezo. Si viera para qué sirvió todo su esfuerzo...

#4 @klingon2 No me molesta que para ti sea subnormie ;)