Mel de romer.

Esto es aplicable a la mayoría de los trastornos psicológicos. Queda por tener en cuenta dos aspectos: predisposición genética y ámbito de la responsabilidad individual. Para el victimismo, todo es determinismo social: culpa de los demás.

Pregúntate si siempre tratas bien a todo el mundo o puedes herir a alguien a veces. Luego pregúntate si tienes parte de culpa de lo malo que le pase a ese alguien. Y no sólo si lo haces como sujeto activo, sino si toleras el comportamiento vejatorio de manera pasiva (el ejemplo más sencillo de esto es el acoso escolar, donde la mayoría es silenciosa y colaboradora necesaria).

Así, construimos la afirmación definitiva que nos permite liberarnos de cualquier peso: la sociedad, la culpa es de la sociedad, la sociedad me hizo así. ¿Y quién es la "sociedad" sino cada uno de nosotres?

Sigamos compitiendo por ver quién sufre más, esperando que sea otro el que acabe con el sufrimiento o nos recompense por haber sufrido. Mientras tú lloras, el mundo sigue girando; aunque alguien se aprovechará de tu discurso, tenlo por seguro.

❤️‍🩹 Un abrazo.

Si no reciben aprobación diaria sus trastornos afectivos latentes salen a la superficie. Lo mejor para la paz mental propia es mantenerse alejado de ellas, pero la entrepierna nos traiciona.

Enhorabuena, Klingy ❤️

No estoy en contra de la diversidad sexual y considero a las Charos unas apesebradas de moral puritana con riesgo de padecer diabetes, pero estoy de acuerdo en lo esencial: el emotivismo no puede vertebrar una sociedad sana. Y, coincido, hay toda una industria interesada en potenciar la labilidad e inestabilidad de la gente, pues ello da dinero, mucho dinero.

No te engañes. Después de la Batalla del Peloponeso nada volvió a ser igual. Todo se fue a pique hace un par de milenios.

#3 Es que las frikis hoy son normies. En nuestra época los frikis eran margis que escuchaban Blink 182 y My Chemical Romance. Ahora escuchan Bad Bonny, Bad Gyal y van en mood bad bitch. En el caso de los tíos, los que ven anime son gymbros, mientras que antes tenían tres memory cards petadas de partidas del Kingdom Hearts y no tocaban una teta ni por bluetooth.


Lo que más me apena es la deriva punki patria. Siguen tirando de Evaristo, no hay relevo generacional. Y el puto Robe es inamovible, el Bob Dylan extremeño.

Vas tarde, y par mí es una imprudencia quedarse embarazada tardíamente. Si tuviera que apostar, diría que tu pareja no quiere tener hijos y está jugando contigo.

Al margen de la legalidad*

#4 @p3rsonaj3 A menudo vivimos a través de las películas que nuestra imaginación crea, por eso es tan importante relativizar lo que nos pasa por la cabeza, sobre todo aquello que hunde sus raíces en la emotividad. Como sociedad, en cambio, vamos en la dirección contraria: muchos intensitos con facilidad para saltar rápidamente y ofenderse por todo. Pedagogos, psicólogos, colectivos implicados en la enseñanza y el diseño de planes educativos: ¿qué os pasa?

La violencia es el recurso primario para defender la propia vida. La civilización reduce este instinto promoviendo la sustitución de la agresión por el razonamiento. Pero, he aquí la trampa, el razonamiento a menudo sólo es una máscara para la perpetuación de ciertas injusticias, una coartada clasista y petulante que no sólo no ataja la miseria, sino que la sostiene en beneficio de quien está en posición de comodidad. En este arte, cómo no, los políticos están versados; así surgen los salvapatrias, pero también los libertadores del proletariado y demás ralea inmunda que se aprovecha de la impotencia y la necesidad del prójimo.

Aquellos que proceden de entornos con poca educación reglada donde predomina la dificultad para expresarse verbalmente, bien por carencias educativas, bien por ausencia de interlocución, aprenden que la mejor manera de salir de los conflictos es a través de la exhibición de testosterona. Cuando se repite a lo largo de las generaciones el patrón, se genera el estereotipo, que no es irracional, por más que pueda ser injusto. Así, el "afrodescendiente" (odio las etiquetas procedentes de la anglosfera: todos somos afrodescendientes), efectivamente, tiene más probabilidad de comportarse violentamente y al margen de la ilegalidad.

¿Cómo superar este estado de cosas? A través de Twitter y etiquetando a la peña ya os digo yo que no.

No sé. Lo que diga La Sexta.

Esto atenta contra varios derechos fundamentales y sólo es la versión moderna de la quema pública en la plaza del pueblo.

El totalitarismo nace de ideas como esta.

Somos víctimas del victimismo.

Idealización, divinización, endiosamiento. Habla más de tus anhelos que de la realidad, y forma parte de los procesos mentales tóxicos patriarcales que conducen a considerar a las mujeres santas (seres de luz) o pvtas (como lilith o las brujas, seres del averno).

O superamos las dicotomías, o seguiremos avanzando por la izquierda.

¿Y una de 18 y uno de 45 por qué no?

Probablemente la de 18 no tenga mucho que aportar al de 45 en términos de experiencia vital, pero puede ayudarle a deconstruirse y entender que todos sus logros se asientan en el privilegio, ¿no?

Pregunto.

#3 Yo no soy experto en cultura japonesa. Puedo hablar de mi impresión acerca de la manera que tienen de expresar las emociones y plasmarlas en los distintos medios. Desde la literatura de Murakami, hasta los juegos de Kojima, pasando por música, series y demás, la impresión que me queda es que los japoneses tienen tremendas dificultades para conectar con sus emociones sin caer en el infantilismo y la vergüenza. Hasta donde yo sé, el Imperio japonés era ostensiblemente rígido, duro y autoritario, lo cual puede explicar en parte lo que comento. Luego está el hecho relativo a la diversidad cultural. Al final, uno no puede enjuiciar si no es desde su propio etnocentrismo. Por tanto, asumo esa parte de distorsión que tienen mis palabras.

Japón marca el horizonte hacia el que los europeos vamos: envejecimiento poblacional, soledad, barreras comunicativas, workalcoholismo, tecnofilia como única esperanza de futuro.

¿Está mal disfrazarse? No. ¿Disfrazarse es una forma de jugar a la ficción y de romper con una realidad que, quizá, es difícil de soportar? Sí. Mientras uno sepa entender la frontera entre el juego y lo real, bien. Cuando uno acaba viviendo a través de su fantasía, se dan los hikikomori (no sé si lo he escrito bien), los furros, etc.

#2 Gracias, amigo. Un placer leerte a ti y a otros compañeros. No me tomo muy en serio estas páginas, pero son un recurso para el intercambio de opiniones y conocimientos que a veces surte efecto.

Vam votar i vam guanyar 🎗️. Fora el feixisme de Catalunya, visca la terra!