Pues no, porque somos unos fariseos por naturaleza y nos gusta quejarnos tanto como nos disgusta que los demás se quejen.

#1 #1 alma_podrida dijo: Pues no, porque somos unos fariseos por naturaleza y nos gusta quejarnos tanto como nos disgusta que los demás se quejen.Amén.

Yo prefiero fijarme en quien está mejor que yo; seguro que ese también pasa lo suyo y sin embargo ahí está, al pie del cañón; y si él puede, yo no voy a ser menos.
Lo que pasa es que nuestra envidia castiza nos prohíbe tener esa mentalidad de superación y nos incita a ponerle la zancadilla.

Usad la XXX

También podríais dejar de quejaros por gilipolleces. Todos mis amigos son iguales, me vienen quejándose, me piden consejos y luego no me hacen ni puto caso, la cagan, y vuelven otra vez quejándose.

En depende qué situaciones va bien el ser conocedor de otras situaciones peores a la nuestra.
Existen terapias de grupo para X enfermedad que hacen precisamente ésto para desahogarse y ver la situación desde otra perspectiva.
Otra cosa es que te lo digan a modo de "cállate que podrías estar como Y persona...", en cuyo caso se cae en el famoso "mal de otros, consuelo de tontos".

Eso sería empatía y muy pocos la tienen.

Jajajaja, el dolor propio SIEMPRE es superior al de los demás, ¿no lo sabías?
Puede que encuentres a alguien que no te lo contradiga pero en su fuero interno pensará: ¿qué sabrá éste/a lo que es EL dolor?
Además, al quejarte de ello, verdaderamente estás diciendo que TU dolor es mayor. XD

#1 #1 alma_podrida dijo: Pues no, porque somos unos fariseos por naturaleza y nos gusta quejarnos tanto como nos disgusta que los demás se quejen.@alma_podrida Din en la pole