Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad.
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#3 #3 frion dijo: Hay varias cosas que sería conveniente aclarar.
Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad. "si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. "
¿pero que mierda escribí aquí? xD
"Sino que son los que dado un ambiente determinado, favorecen la supervivencia de los especímenes al punto de poder replicarse. "
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No es del todo así; de hecho, la misma historia de la humanidad ha demostrado que no es así.
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el ser humano solo se considera animal cuando le interesa...para los demás ratos somos dioses y los animales son seres inferiores...
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#15 #15 peppercat dijo: #13 @seven_deadly_sins Heh, estoy comprometida, pero gracias por el cumplido.
[img]https://i.kym-cdn.com/photos/images/newsfeed/000/345/169/bc7.png[/img]Los hay con suerte. Dile de mi parte que le odio pero os desea lo mejor.
(Se aleja con lágrimas en los ojos. Pero sin perder la esperanza)
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.
Haz caso a estos tres comentarios.
Dios, cásate conmigo, @peppercat.
A no ser que tengas novio/a.
Si es así, me cago en él/ella y la potra que tiene.
Por qué no me toca alguien así 😭
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole. Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.
Haz caso a estos tres comentarios.
Dios, cásate conmigo, @peppercat.
A no ser que tengas novio/a.
Si es así, me cago en él/ella y la potra que tiene.
Por qué no me toca alguien así 😭@seven_deadly_sins Heh, estoy comprometida, pero gracias por el cumplido.
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.#11 #11 peppercat dijo: #8 #9 #10 Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.#12 #12 peppercat dijo: #8 #9 #10 #11 Adelantándonos mucho (me encantaría ahondar en la revolución industrial pero esto ya se ha extendido demasiado), llega la era moderna y poco a poco la sociedad establece una nueva era en la generación y distribución de recursos. Los empleos en fábricas y oficinas hacen que el aspecto delicado y apartado del sol deje de ser indicador de un estatus alto, y en cambio lo es tener dinero y tiempo para cultivar el cuerpo y vacacionar en playas y balnearios. Es la era de los cuerpos definidos y cuidados, el bronceado (incluyendo el artificial), y la aparición de tratamientos estéticos más efectivos (blanqueamiento dental, ortodoncia, manicura, etc). Dado que la ciencia médica había avanzado mucho en términos de nacimientos, particularmente en la seguridad de las cesáreas, las caderas anchas dan paso a cuerpos más esbeltos, asociados con la juventud y la energía en una posible madre. Un cuerpo más delgado (pero bien formado) empieza a asociarse con la posibilidad de acceder a mejor comida y la disponibilidad de tiempo para hacer ejercicio. Y la higiene personal (buen olor, piel y pelo sanos) son no solo indicadores de buena salud, sino de alguien que puede y quiere cuidarse. Con todo esto quiero decir que el atractivo físico ha pasado de ser un indicador de buena genética a un indicador de estatus. En un vistazo pronto sabemos si la persona frente a nosotros goza no solo de salud sino de una buena o no tan buena posición, crucial para el desarrollo de las crías. Ahora bien, un buen estatus ayuda pero no garantiza un buen cuidado. Es por eso que la atracción inicial puede esfumarse ante señales negativas (una persona violenta, dependiente de otros, emocionalmente inestable, etc, puede pasar de un 10 a un 0 en pocos minutos), o incrementarse al conocer cualidades positivas (alguien inteligente, divertido, amable, confiable, fuerte emocionalmente o valiente puede ganar puntos con quien lo conoce). Puedes llegar a ver feo a alguien que es cruel o manipulador, o empezar a ver hermoso a alguien que físicamente no pasa del promedio pero te hace sentir muy bien y en quien sabes que puedes confiar. Es la trampa de la naturaleza para ayudarnos a favorecer la supervivencia de nuestra prole, no solo por sus genes, sino por la capacidad parental de la persona con quien decides tenerlos.
Desde esta perspectiva, ser superficial va en demérito de la selección natural para la especie humana en nuestro tiempo actual. No está bien ni mal, especialmente cuando la mayoría de las veces el sexo no está enfocado en la procreación, pero ciertamente no la favorece.
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.#11 #11 peppercat dijo: #8 #9 #10 Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.Adelantándonos mucho (me encantaría ahondar en la revolución industrial pero esto ya se ha extendido demasiado), llega la era moderna y poco a poco la sociedad establece una nueva era en la generación y distribución de recursos. Los empleos en fábricas y oficinas hacen que el aspecto delicado y apartado del sol deje de ser indicador de un estatus alto, y en cambio lo es tener dinero y tiempo para cultivar el cuerpo y vacacionar en playas y balnearios. Es la era de los cuerpos definidos y cuidados, el bronceado (incluyendo el artificial), y la aparición de tratamientos estéticos más efectivos (blanqueamiento dental, ortodoncia, manicura, etc). Dado que la ciencia médica había avanzado mucho en términos de nacimientos, particularmente en la seguridad de las cesáreas, las caderas anchas dan paso a cuerpos más esbeltos, asociados con la juventud y la energía en una posible madre. Un cuerpo más delgado (pero bien formado) empieza a asociarse con la posibilidad de acceder a mejor comida y la disponibilidad de tiempo para hacer ejercicio. Y la higiene personal (buen olor, piel y pelo sanos) son no solo indicadores de buena salud, sino de alguien que puede y quiere cuidarse.
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#8 #8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia).
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La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).
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Pues ahora mismo sobrevivirías si tu sistema inmune es eficiente. Si te infectas por coronavirus, ya puedes ser todo lo guapo y fuerte que quieras, pero como tus genes hayan decidido que tus defensas sean una puta mierda, date por muerto Adonis jajajajajaja.
Hay gente muy guapa, pero los genes no les dieron mucho cerebro, porque les dá por hacerse autofotos en puentes, al borde de acantilados, conduciendo...y caen como moscas.
Solo sobreviven los más listos. Y por lo que veo tú, con esta mierda de razonamiento, tienes menos luces que un tunel del metro.
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La selección natural no favorece al más fuerte sino al mejor adaptado. La fuerza es una señal bastante primaria de buena adaptación, pero no es ni mucho menos el único y puede ser contrarrestado ampliamente por otros factores. De hecho, en la sociedad humana lo que se considera realmente atractivo es la seguridad en uno mismo, pues el desenvolverse bien es el signo más claro de que estás bien adaptado a tu ambiente.
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#14 #14 peppercat dijo: #8 #9 #10 #11 #12 Con todo esto quiero decir que el atractivo físico ha pasado de ser un indicador de buena genética a un indicador de estatus. En un vistazo pronto sabemos si la persona frente a nosotros goza no solo de salud sino de una buena o no tan buena posición, crucial para el desarrollo de las crías. Ahora bien, un buen estatus ayuda pero no garantiza un buen cuidado. Es por eso que la atracción inicial puede esfumarse ante señales negativas (una persona violenta, dependiente de otros, emocionalmente inestable, etc, puede pasar de un 10 a un 0 en pocos minutos), o incrementarse al conocer cualidades positivas (alguien inteligente, divertido, amable, confiable, fuerte emocionalmente o valiente puede ganar puntos con quien lo conoce). Puedes llegar a ver feo a alguien que es cruel o manipulador, o empezar a ver hermoso a alguien que físicamente no pasa del promedio pero te hace sentir muy bien y en quien sabes que puedes confiar. Es la trampa de la naturaleza para ayudarnos a favorecer la supervivencia de nuestra prole, no solo por sus genes, sino por la capacidad parental de la persona con quien decides tenerlos.
Desde esta perspectiva, ser superficial va en demérito de la selección natural para la especie humana en nuestro tiempo actual. No está bien ni mal, especialmente cuando la mayoría de las veces el sexo no está enfocado en la procreación, pero ciertamente no la favorece.@peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos.
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#17 #17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. @otro_dia en el párrafo 1: ...suficientemente bien* adaptados para perpetuar la especie.
Y en el párrafo 2: (yo mismo lo explico mal en un comentario* arriba)
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#17 #17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. @otro_dia No, perdón si no he sido clara. Lo que dije en la última parte de mi discurso es que "ser superficial", en los términos que expliqué en #8,#8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad). no favorece particularmente a la reproducción tal como funciona actualmente (siendo que la supervivencia y éxito de la prole depende de la crianza y no solo de su salud al nacer o las características que pueda haber heredado). Pero hablaba de la superficialidad a la hora de elegir una pareja, y aclaraba que no es necesariamente relevante de cara a un encuentro sexual del que no se espera descendencia (lo que abunda en nuestros tiempos, afortunadamente).
Por otro lado, he dejado de lado esa parte porque el texto ya era kilométrico, pero para seguir la línea de #0 #0 fbravo dijo: , tenía que decir que lo que vosotros llamáis "ser superficial", Darwin lo llamaría "selección natural". Todos los animales buscan como pareja a los más fuertes y de mejor apariencia para asegurar buenos genes en sus descendientes. Nosotros no somos menos. TQD(que es hacia quien iba dirigido el mensaje originalmente) cuando hago mención de que un espécimen busca un buen bagaje genético en el compañero, me refiero a que buscará algo... ¿bonito? (se me escapa el término correcto). La "belleza" en su estado más puro (o más desligado de la cultura, para ser más precisos) suele ser un indicador de buena salud, buenas características físicas innatas (que en su origen iban orientadas a una mejor supervivencia y están definitivamente ligadas a los genes que las anteceden) y un estado óptimo para la reproducción, pero en efecto, no hay manera de saber si esos genes son buenos o malos. Los especímenes solo podían confiar en ella para asumir que estaban eligiendo a un buen compañero para copular. Los que fallaban en su apuesta tendían a desaparecer y los que tenían éxito seguían reproduciéndose y poco a poco, con el avance de las generaciones, integraban ese antecedente en su memoria genética. Apostar por la belleza esperando buenos genes es como cuando hueles una tarta antes de probarla. No sabes qué ingredientes lleva, pero si huele bien, las posibilidades de que esté en buen estado y sepa rico se incrementan y esperarás tener un buen alimento al comerla.
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#3 #3 frion dijo: Hay varias cosas que sería conveniente aclarar.
Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad. En vista al aporte hecho por @otro_dia en #17 #17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. retiro lo dicho sobre que la selección natural se rompio. Tambien aclaro que lo que intente decir en la parte de las apariencias peca de ser una modelizacion demasiado simple. Explicandolo mucho mejor #17.#17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos.
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Es cierto. A mí no me molesta que elijan a un tío más guapo o atractivo que yo. Lo que me repatea es que luego vayan de "si lo importante es la personalidad".
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No, el ser humano no funciona así. Lo principal es la personalidad y la forma en que hace que su vida prospere. Digamos que el aspecto físico es lo tercero. Eso sí, daré el mismo ejemplo que doy siempre:
Si dos hombres tienen exactamente la misma personalidad y llevan su vida exactamente igual de bien, pero una es un tío delgado y guapete y otra es un gordo y feo, está claro que todo el mundo (excepto algún fetichista) va a elegir al delgado y guapete.
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Bien dicho.
Harto estoy de que estén glorificando cuerpos obesos que obviamente representan un mal estado de salud por razones obvias.
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Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad.
Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad. "si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. "
¿pero que mierda escribí aquí? xD
"Sino que son los que dado un ambiente determinado, favorecen la supervivencia de los especímenes al punto de poder replicarse. "
[img]https://i.kym-cdn.com/photos/images/newsfeed/000/345/169/bc7.png[/img]Los hay con suerte. Dile de mi parte que le odio pero os desea lo mejor.
(Se aleja con lágrimas en los ojos. Pero sin perder la esperanza)
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.
Haz caso a estos tres comentarios.
Dios, cásate conmigo, @peppercat.
A no ser que tengas novio/a.
Si es así, me cago en él/ella y la potra que tiene.
Por qué no me toca alguien así 😭
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole. Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.
Haz caso a estos tres comentarios.
Dios, cásate conmigo, @peppercat.
A no ser que tengas novio/a.
Si es así, me cago en él/ella y la potra que tiene.
Por qué no me toca alguien así 😭@seven_deadly_sins Heh, estoy comprometida, pero gracias por el cumplido.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.#11 #11 peppercat dijo: #8 #9 #10 Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.#12 #12 peppercat dijo: #8 #9 #10 #11 Adelantándonos mucho (me encantaría ahondar en la revolución industrial pero esto ya se ha extendido demasiado), llega la era moderna y poco a poco la sociedad establece una nueva era en la generación y distribución de recursos. Los empleos en fábricas y oficinas hacen que el aspecto delicado y apartado del sol deje de ser indicador de un estatus alto, y en cambio lo es tener dinero y tiempo para cultivar el cuerpo y vacacionar en playas y balnearios. Es la era de los cuerpos definidos y cuidados, el bronceado (incluyendo el artificial), y la aparición de tratamientos estéticos más efectivos (blanqueamiento dental, ortodoncia, manicura, etc). Dado que la ciencia médica había avanzado mucho en términos de nacimientos, particularmente en la seguridad de las cesáreas, las caderas anchas dan paso a cuerpos más esbeltos, asociados con la juventud y la energía en una posible madre. Un cuerpo más delgado (pero bien formado) empieza a asociarse con la posibilidad de acceder a mejor comida y la disponibilidad de tiempo para hacer ejercicio. Y la higiene personal (buen olor, piel y pelo sanos) son no solo indicadores de buena salud, sino de alguien que puede y quiere cuidarse. Con todo esto quiero decir que el atractivo físico ha pasado de ser un indicador de buena genética a un indicador de estatus. En un vistazo pronto sabemos si la persona frente a nosotros goza no solo de salud sino de una buena o no tan buena posición, crucial para el desarrollo de las crías. Ahora bien, un buen estatus ayuda pero no garantiza un buen cuidado. Es por eso que la atracción inicial puede esfumarse ante señales negativas (una persona violenta, dependiente de otros, emocionalmente inestable, etc, puede pasar de un 10 a un 0 en pocos minutos), o incrementarse al conocer cualidades positivas (alguien inteligente, divertido, amable, confiable, fuerte emocionalmente o valiente puede ganar puntos con quien lo conoce). Puedes llegar a ver feo a alguien que es cruel o manipulador, o empezar a ver hermoso a alguien que físicamente no pasa del promedio pero te hace sentir muy bien y en quien sabes que puedes confiar. Es la trampa de la naturaleza para ayudarnos a favorecer la supervivencia de nuestra prole, no solo por sus genes, sino por la capacidad parental de la persona con quien decides tenerlos.
Desde esta perspectiva, ser superficial va en demérito de la selección natural para la especie humana en nuestro tiempo actual. No está bien ni mal, especialmente cuando la mayoría de las veces el sexo no está enfocado en la procreación, pero ciertamente no la favorece.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).#9 #9 peppercat dijo: #8 Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia). #10 #10 peppercat dijo: #8 #9 Pero un cerebro como el nuestro requería mas allá de unas pocas semanas de gestación y un provisorio cuidado parental. De pronto, la supervivencia de las crías humanas empezó a verse favorecida por una crianza cada vez más dedicada. La generación de grupos sociales que dieran soporte y estructura para esta crianza dedicada no tardó en aparecer, y con ello, la separación de funciones en los integrantes de los grupos y la formación de las familias, tribus y clanes (que se puede observar en varios mamíferos, no solo en los humanos). Resumiendo mucho, pronto tenemos una reproducción que no solo requiere buenos genes, sino apostar por un compañeros que sean capaces de cumplir con su función y contribuir al mantenimiento y desarrollo de esa nueva generación. Después de todo, que el niño nazca sano es apenas el principio del viaje. Todavía pasará un periodo de más de una década para que el pequeño pueda valerse por sí mismo, y durante ese periodo de dependencia consumirá una cantidad abrumadora de recursos. Más que un buen aporte de ADN, la búsqueda más favorable se enfoca en la búsqueda de un compañero capaz, y la atracción física empieza a verse influida por ello. Piensa en el mantra de los tiempos antiguos, donde buscar una mujer con caderas torneadas y pechos jugosos (sin problemas para dar a luz o alimentar a los bebés) que supiera ser maternal y cuidar de su familia (marido e hijos) era tan importante para el hombre promedio como para su contraparte femenina buscar un buen proveedor, fuerte y viril, que garantizara tanto los recursos materiales como la protección del hogar. En aquellos ayeres era la estrategia más exitosa para garantizar la supervivencia de la prole.#11 #11 peppercat dijo: #8 #9 #10 Cuando el desarrollo de la humanidad da el paso siguiente que es la estructuración de supertribus (aldeas, pueblos, condados, eventualmente naciones y reinos), el esmerado cuidado de la descendencia vuelve a ser el factor que coloca a unos sobre otros y una innegable ventaja de supervivencia. No es fácil ignorar que la mortalidad infantil y al dar a luz siempre ha sido más elevada entre los sectores más empobrecidos, independientemente del bagaje genético (un hijo de un campesino solía ser bastante más fuerte físicamente que el de un noble, y sin embargo eran más propensos a plagas y enfermedades peligrosas y recibían poca o nula atención médica), y la mayoría de los movimientos sociales suelen buscar una redistribución de los privilegios con miras a mejorar no solo el status propio, sino de sus descendientes (llegando incluso al sacrificio "¡por nuestros hijos!"). Nada más que estrategias de supervivencia enfocada en dar a los propios descendientes la oportunidad de llegar a la edad adulta en las mejores condiciones posibles para reproducirse exitosamente. Y de nuevo retomando la concepción de la atracción física, es en este periodo cuando surge la romantización de la nobleza, la historia de la Cenicienta de turno encontrando a un príncipe apuesto (no al mocito guapo de la cuadra vecina, que quizá tenga incluso mejores genes puesto que sobrevivió a una infancia precaria, sino a un tipo con toda clase de privilegios que aporta una enorme ventaja de supervivencia a los hijos), o la princesa en la torre rescatada por un caballero que gracias a ese rescate podía aspirar a una mejora de su estatus y el de sus descendientes. Es también la época de la idealización del aspecto delicado y la piel blanca y suave, señal de que su dueño estaba en la posición de no tener que trabajar en el campo. Y de los poetas, pintores y escultores, entre otros, que hablaba de una educación esmerada.Adelantándonos mucho (me encantaría ahondar en la revolución industrial pero esto ya se ha extendido demasiado), llega la era moderna y poco a poco la sociedad establece una nueva era en la generación y distribución de recursos. Los empleos en fábricas y oficinas hacen que el aspecto delicado y apartado del sol deje de ser indicador de un estatus alto, y en cambio lo es tener dinero y tiempo para cultivar el cuerpo y vacacionar en playas y balnearios. Es la era de los cuerpos definidos y cuidados, el bronceado (incluyendo el artificial), y la aparición de tratamientos estéticos más efectivos (blanqueamiento dental, ortodoncia, manicura, etc). Dado que la ciencia médica había avanzado mucho en términos de nacimientos, particularmente en la seguridad de las cesáreas, las caderas anchas dan paso a cuerpos más esbeltos, asociados con la juventud y la energía en una posible madre. Un cuerpo más delgado (pero bien formado) empieza a asociarse con la posibilidad de acceder a mejor comida y la disponibilidad de tiempo para hacer ejercicio. Y la higiene personal (buen olor, piel y pelo sanos) son no solo indicadores de buena salud, sino de alguien que puede y quiere cuidarse.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).Ahora pasemos al tema de la selección natural en el ser humano. Y veamos también, de paso, la forma en que la atracción física empieza a ampliar su definición para englobar mucho más allá que el ADN del otro.
La selección natural no es la supervivencia de los mejores genes, sino del organismo mejor adaptado y más capaz de llevar a sus crías a una edad reproductiva, lo que en el caso de los humanos es bastante complejo.
La reproducción humana exitosa (es decir, la que lleva una nueva generación a una edad reproductiva), es un fenómeno al que contribuye una enorme cantidad de factores. A diferencia de los animales más primitivos, donde simplemente se apostaba con la cantidad y diversidad genética para garantizar que al menos unos de los miles de descendientes producidos llegara a la edad adulta, los animales que dieron origen a los humanos optaron por una reproducción más enfocada al cuidado de la descendencia, lo que permitió, entre otras cosas, el desarrollo de la inteligencia. La inteligencia supuso un salto enorme en nuestra capacidad de sobrevivir, independientemente de nuestras aptitudes físicas. Desde estrategias de cultivo y cacería refinadas y en constante proceso de evolución, hasta el desarrollo de la ciencia médica y todos aquellos avances que nos permiten vivir más, mejor, y ultimadamente adaptar el entorno a nosotros, por sobre adaptarnos nosotros al ambiente (lo que es un salto monstruoso en términos de supervivencia).
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad).
Hay gente muy guapa, pero los genes no les dieron mucho cerebro, porque les dá por hacerse autofotos en puentes, al borde de acantilados, conduciendo...y caen como moscas.
Solo sobreviven los más listos. Y por lo que veo tú, con esta mierda de razonamiento, tienes menos luces que un tunel del metro.
Desde esta perspectiva, ser superficial va en demérito de la selección natural para la especie humana en nuestro tiempo actual. No está bien ni mal, especialmente cuando la mayoría de las veces el sexo no está enfocado en la procreación, pero ciertamente no la favorece.@peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. @otro_dia en el párrafo 1: ...suficientemente bien* adaptados para perpetuar la especie.
Y en el párrafo 2: (yo mismo lo explico mal en un comentario* arriba)
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. @otro_dia No, perdón si no he sido clara. Lo que dije en la última parte de mi discurso es que "ser superficial", en los términos que expliqué en #8,#8 peppercat dijo: La premisa no es del todo falsa, pero tu explicación está mal. Para saber porqué hay que definir qué entendemos por superficialidad, selección natural, y atracción.
Empecemos por definir la superficialidad. De entrada, sí, la atracción física juega un papel hasta nuestros días en la selección de un compañero, y esta está influenciada por nuestro concepto de buenos genes (aunque no necesariamente es cierto, lo explicaré más adelante). Es un primer vistazo al bagaje genético de la otra persona y nos da una pista sobre sus capacidades físicas (un cuerpo fuerte en el caso de las mujeres, unas caderas redondeadas o un pelo sano en el caso de las mujeres, por ejemplo). Pero en ella influyen muchos más factores que la de otras especies en las que el único criterio de selección es ese. Es cuando una persona reduce su selección a ese único criterio que se le llama superficial, pero eso no es necesariamente algo malo. Significa simplemente que el análisis de un posible compañero se reduce a la superficie. Y ciertamente, para una aventura de una noche no necesitas que el otro o la otra sea un gran padre o una buena madre, solo que te ponga y te haga pasar un buen rato. La superficialidad es natural en estos casos y una consecuencia directa de los mismos (lo que es congruente con la época en que vivimos, donde la sexualidad se ha desligado bastante de la paternidad). no favorece particularmente a la reproducción tal como funciona actualmente (siendo que la supervivencia y éxito de la prole depende de la crianza y no solo de su salud al nacer o las características que pueda haber heredado). Pero hablaba de la superficialidad a la hora de elegir una pareja, y aclaraba que no es necesariamente relevante de cara a un encuentro sexual del que no se espera descendencia (lo que abunda en nuestros tiempos, afortunadamente).
Por otro lado, he dejado de lado esa parte porque el texto ya era kilométrico, pero para seguir la línea de #0 #0 fbravo dijo: , tenía que decir que lo que vosotros llamáis "ser superficial", Darwin lo llamaría "selección natural". Todos los animales buscan como pareja a los más fuertes y de mejor apariencia para asegurar buenos genes en sus descendientes. Nosotros no somos menos. TQD(que es hacia quien iba dirigido el mensaje originalmente) cuando hago mención de que un espécimen busca un buen bagaje genético en el compañero, me refiero a que buscará algo... ¿bonito? (se me escapa el término correcto). La "belleza" en su estado más puro (o más desligado de la cultura, para ser más precisos) suele ser un indicador de buena salud, buenas características físicas innatas (que en su origen iban orientadas a una mejor supervivencia y están definitivamente ligadas a los genes que las anteceden) y un estado óptimo para la reproducción, pero en efecto, no hay manera de saber si esos genes son buenos o malos. Los especímenes solo podían confiar en ella para asumir que estaban eligiendo a un buen compañero para copular. Los que fallaban en su apuesta tendían a desaparecer y los que tenían éxito seguían reproduciéndose y poco a poco, con el avance de las generaciones, integraban ese antecedente en su memoria genética. Apostar por la belleza esperando buenos genes es como cuando hueles una tarta antes de probarla. No sabes qué ingredientes lleva, pero si huele bien, las posibilidades de que esté en buen estado y sepa rico se incrementan y esperarás tener un buen alimento al comerla.
Cuando se habla de selección natural, no es necesariamente el más fuerte, si no aquel que esta mejor adaptado a su ambiente. Los "mejores genes" no son los mejores en un termino absoluto, si no que son los que dado un ambiente determinado son los que permiten que favorecen la supervivencia de los especimenes al punto de poder replicarse. Un gen apto podría ser por ejemplo el de alguien que es un excelente recolector de alimentos, sin ningún tipo de fuerza de por medio, y que pueda esconderse de otros depredadores de forma eficiente. Si hablamos de elección natural, no hay tal cosa como una "mejor apariencia". Lo que hace que ciertas apariencias sean más atractivas, es justamente porque esas apariencias denotan aquellos genes que favorecen a la supervivencia de la especie, y están "programados" para sentirse atraído a ello.
hecha la aclaración, creo que tu forma de exponerlo podría dar al malentendido de "así es como debería ser", de que esta forma "asegura los mejores genes". Y no es así. Por lo que considero pertinente el siguiente comentario. Dada la forma en la que nos hemos organizado, ya no vivimos en el mismo medio en el cual todos estos mecanismos se desarrollaron. Los mejores genes, para el medio que hemos creado, no necesariamente son los que solían ser los mejores anteriormente. Y la selección natural prácticamente se rompió (de hecho, dado que ya no estamos sujetos a ella, se hace inutil hablar de "mejores genes"). Básicamente, no podemos confiar en nuestros instintos para decidir que características son más deseables en la sociedad. En vista al aporte hecho por @otro_dia en #17 #17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos. retiro lo dicho sobre que la selección natural se rompio. Tambien aclaro que lo que intente decir en la parte de las apariencias peca de ser una modelizacion demasiado simple. Explicandolo mucho mejor #17.#17 otro_dia dijo: #14 @peppercat Has explicado muy bien la evolución de las preferencias humanas. Sin embargo, si lo he entendido bien, afirmas que la sociedad humana actual no favorece la selección natural de forma particular. ¿es así? La selección natural no funciona de esa forma. La selección natural no elige los mejores genes, sino que elige los suficientemente buenos adaptados para perpetuar la especie, favoreciendo a los mejor adaptados. No obstante, un ambiente que permita que la mayor parte de individuos independientemente del pool genético llegue a edad reproductiva, va a causar que los genes más óptimos se diluyan con el paso del tiempo, porque genes más mediocres son lo suficientemente buenos.
Esto lo pongo porque la mayor parte de la gente entiende mal el concepto (yo mismo lo explico mal arriba), y cree que el ser humano está menos sujeto a la selección natural por nuestros avances tecnológicos. En realidad es al revés; es la selección natural la que permite que gente con peores genes se reproduzca, pues estamos lo suficientemente bien adaptados (de momento) como para permitírnoslo. Y en cuanto al tema de la atracción física; ningún ser vivo está programado genéticamente para seleccionar únicamente los mejores genes, porque eso es imposible de saber, sino que lo está para tratar de reconocer los mejores genes. Hay unas pautas básicas, pero en este reconocimiento están implicados factores ambientales (y la complejidad aumenta en función de la complejidad del organismo). Después de todo, un individuo no es el resultado de su genética, sino que es el resultado de su genética, su ambiente y la interacción entre ambos.
Si dos hombres tienen exactamente la misma personalidad y llevan su vida exactamente igual de bien, pero una es un tío delgado y guapete y otra es un gordo y feo, está claro que todo el mundo (excepto algún fetichista) va a elegir al delgado y guapete.
Harto estoy de que estén glorificando cuerpos obesos que obviamente representan un mal estado de salud por razones obvias.