Mucho tenía que gustarte la amiga para que esa te parezca la frase más ingeniosa que has escuchado.
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El año pasado, estaba preparando el proyecto final de grado con mis compañeras, habíamos bajado al primer piso, para hacer la grabación, ya teníamos la idea, el guión y la antagonista, lo único que nos faltaba era la protagonista (yo era el único hombre del grupo).
Estuvimos discutiendo por dos horas sobre quién iba a ser, y se nos fue el tiempo, ya eran las 12 en punto, así que nos dispusimos a almorzar.
En un momento dado, me puse a decir, en referencia a vídeo "¿Como explicamos lo inexplicable?" Esta frase nos dió tanta gracia que nos echamos a reír hasta el punto de que casi botamos la mesa donde estábamos almorzando, lo que no contaba, era que las paredes tienen oídos.
El día de la sustentación, después de explicar mi parte, la profesora que estaba de jurado (de hecho fue la primera que tuve al momento de entrar), se levantó y dijo "aunque Harry (yo) no puede explicar lo explicable..." Sin querer volví popular mi frase ingeniosa, aunque se sintió como una punzada en ese momento (como en el animé, donde al personaje le atraviesan con una flecha mientras le recriminan sus debilidades), pero sin embargo, nos fue bien.
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Hay dos insultos que me hicieron reír hasta ahogarme en el instituto, por pecosa y por cabezona. Uno fue "si tu cabeza fuera un huevo duro, habría que rallarlo con un somier" y el otro "killa, ¿tú te comes las lentejas delante del ventilador?"
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Pues una que me salió a mí sin querer. Fui a cortarme el pelo a casa del amigo de una amiga, que era peluquero y trabajaba en su casa. Resultó que el chico era gay y estaba en la casa con el novio. Cuando me preguntó cómo quería el corte, le respondí: "lo dejo en tus manos, que TÚ ERES EL QUE ENTIENDE", a lo que el novio respondió, a carcajada limpia "¡Eso seguro!".
En la vida he pasado más vergüenza.
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Estuvimos discutiendo por dos horas sobre quién iba a ser, y se nos fue el tiempo, ya eran las 12 en punto, así que nos dispusimos a almorzar.
En un momento dado, me puse a decir, en referencia a vídeo "¿Como explicamos lo inexplicable?" Esta frase nos dió tanta gracia que nos echamos a reír hasta el punto de que casi botamos la mesa donde estábamos almorzando, lo que no contaba, era que las paredes tienen oídos.
El día de la sustentación, después de explicar mi parte, la profesora que estaba de jurado (de hecho fue la primera que tuve al momento de entrar), se levantó y dijo "aunque Harry (yo) no puede explicar lo explicable..." Sin querer volví popular mi frase ingeniosa, aunque se sintió como una punzada en ese momento (como en el animé, donde al personaje le atraviesan con una flecha mientras le recriminan sus debilidades), pero sin embargo, nos fue bien.
En la vida he pasado más vergüenza.