Para lo que cuesta un triste vaso de soda... cutres todos.

#11 *”...que solo les demuestra indiferencia o abiertamente los rechaza”

La resaca y el teclado del móvil no son buena combinación.

No soy varón, así que no sé si mi respuesta cuente, pero creo que una persona solo se percibe como “inalcanzable” cuando no te demuestra el menor interés. Solo las plastas (que rozan la línea del acoso) siguen “currándoselo” con alguien que solo les demuestra o que abiertamente los rechaza. La gran mayoría asumirá que la otra persona simplemente no gusta de su compañía y pasarán a otra cosa.

Estoy casi segura de que esto es un trolleo. Pero ya puestos: incluso viendo el tema con absoluta frialdad e ignorando el hecho de que es una mostruosidad, ¿De verdad vas a relegar a la mitad de los especímenes de la especie más inteligente y adaptable del planeta al triste rol de sementales? Sería una forma horriblemente ineficiente de manejarnos como especie. Los humanos consumimos una cantidad bestial de recursos para llegar a una edad reproductiva, y descartar un ejemplar sano y perfectamente productivo tras la fecundación, mientras los ejemplares fecundados pasan a un estado en el que tienen que volver a invertir una gran cantidad de recursos para generar un único ejemplar de la especie (de los cuales a su vez se descartará la mitad apenas poco después del momento en que dejan de ser una carga y podrían ser productivos) es un desperdicio inmenso de tiempo y recursos.

La única manera en que sería productivo a corto plazo sería sacrificando (abortando) la mayoría de los ejemplares XY apenas son detectados, dejando la terminación de la gestación y el crecimiento para los XX y algunos XY usados para la reproducción. Pero a largo plazo esta operación mermaría significativamente nuestro bagaje genético y empezaríamos a sufrir las consecuencias de la endogamia secuencial, tal como le ocurre a algunas especies víctimas de la selección artificial.

Vamos, que lo que propones no hay por donde cogerlo.

Espera, ¿creen que le riza el pelo?

Yo conozco varias personas (y no solo varones) que han dicho alguna vez lo de no querer casarse ni procrear, pero suelen ser esos amantes de la fiesta que disfrutan ir de cama en cama y no quieren compromisos. Y conforme llegamos a los treinta y tantos empiezas a ver a esas mismas personas comprometidas, casadas, mudándose con la pareja, con uno o dos niños... naturaleza humana, supongo.

(Me hizo sonreír con amargura esa observación de “tener miedo a que los acusen de violación”, siendo que yo pasé varios años con miedo a tener pareja después de que mi primer “novio” intentó abusar de mi a los 14 años... ustedes no son los únicos que se arriesgan cuando aman)

Los asiáticos utilizan esas cosas desde siempre al menor síntoma de infección, y lo hacen para no propagar el bicho.

Aparte, muchos tienen mascarillas reutilizables, o bien, una buena dotación de reserva en su casa de mascarillas desechables. No necesariamente es que los hayan comprado cuando estalló la crisis, o que los estén acaparando.

#12 Eso depende principalmente de los círculos en los que te muevas.

La mayoría de mis amigas rebasa los 30 y te aseguro que pueden hablar de prácticamente cualquier cosa con propiedad y conocimiento de causa.

Siempre que veo estos debates no sé si reír o llorar. Hay muchos científicos del área matemática en mi familia (concretamente en la familia de mi padre), y me incluyo (soy científica de la computación), pero tener más habilidad matemática no nos convierte automáticamente en genios. De hecho, la mayoría tienen una ortografía y redacción bastante deficiente, y no dan una con los idiomas. Si hasta cierto punto escapo a esa maldición familiar, es porque la naturaleza fue lo bastante generosa para otorgarme las habilidades de mi madre también. Pero en cambio padezco, igual que mis dos padres, una espantosa falta de habilidad social, que vaya que me ha complicado la vida profesional y personal. No puedo sentirme superior ni más inteligente que otros por mi capacidad natural para las ciencias si después intento hablar con uno de mis colaboradores sobre el fin de semana y me convierto en un costal de papas. (Y estoy segura de que las papas tienen más vida social).

Tener habilidades más reconocidas como “inteligencia” por la cultura a la que pertenecemos no nos hace automáticamente más inteligentes. Dejemos de repetirlo como si fuera un hecho y reconozcamos a todos los profesionales que lo hacen bien en sus respectivas áreas.

Ojalá xD mi madre a su edad es mucho más bonita y elegante que yo. Ella es como Jane Fonda y yo soy un clon de mi padre pero sin bigote xD

Algunas nos parecemos más a nuestro padre o a otros miembros de la familia, no todas las mujeres se parecen a sus madres.

Eso lo decide la administración del ligar donde está ese vestuario, no tú. Lo más que podrás decidir, en caso de que le den luz verde para usar el vestidor de chicas, es esperar a casa para ducharte/bañarte, esperar a que ella termine de hacer sus cosas para entrar, o, estás en la clase de lugar que lo permite, pagar un extra por un baño privado. Ya ves que precisamente falta de opciones no vas.

Lo que te salga de la señora entrepierna mientras no te endeudes para pagarlo.

Creo que más que el valor monetario lo que importa es el diseño.

Según yo esa fue una tendencia educativa bastante efímera (incluso parodiada en Los Simpson) que nunca llegó a calar en la cultura colectiva.

Creo que en general la cultura de competitividad y premios es más perjudicial que benéfica. Empiezas a hacer las cosas y a esforzarte por el reconocimiento y no por el mero placer de hacerlo, lo que a menudo arruina la diversión y convierte hasta el más interesante de los hobbies en un evento estresante y enfocado únicamente a batir a los posibles rivales. Luego, los niños criados bajo la creencia de que las opciones son la gloria o la nada crecen y ponen la misma presión sobre sus hijos, en un intento de compensar las frustraciones que la misma implica (pues con contadas excepciones, la mayoría de nosotros nunca llegará a la cima de su respectiva carrera o pasatiempo), y el ominoso ciclo se repite.

La solución no es ni dar premios por todo, ni obligarlos a una guerra sangrienta para obtener uno. Simplemente alentar a los niños a hacer las cosas por amor y usar como motivación la propia apreciación de su mejoría diaria, enseñar el trabajo en equipo y la satisfacción de sacar proyectos colectivos adelante sin que el logro ajeno demerite el propio. No se puede ser feliz ni avanzar como sociedad si no se aprende eso primero.

Me he sentido así muchas veces. Creo que está relacionado con nuestra cultura aspiracional donde te hacen creer que si no vas al gimnasio, a una clase de idiomas, si no viajas, haces yoga, preparas comida orgánica, lees 300 libros al año, trabajas de lo tuyo y haces voluntariado en tus días libres, no tienes una vida plena.

Hay que ser realistas. El día solo tiene 24 horas, y al menos algunas de ellas se tienen que dedicar a tareas de supervivencia, como dormir, comer y cagar. Ponte metas realistas, basadas en tus capacidades reales y no en lo que Instagram te hace pensar que debes hacer, y probablemente dejes de sentirte como un barco sin rumbo.

De acuerdo, no te insultaré. Pero ya con lo de “chorrada de salidos” me doy una idea de lo poco que entiendes sobre la dinámica de las relaciones. Y tratar de ligar y establecer nexos sin saber lo básico de la interacción humana actual es como presentar un examen de admisión a la universidad sin haber cursado ni la ESO. Si realmente tienes interés en conseguir una pareja, necesitas empezar a cuestionar lo que das por sentado y analizar si eso realmente se corresponde con la realidad de las relaciones actuales. Si tienes amigas (aunque lo dudo por alguna razón), puedes empezar por ahí.

¿Y si mejor llegan a un acuerdo de no darse regalos? Está claro que a él no le entusiasma la idea y tú solo te llevas un chasco tras otro. Mejor ahórrense ese dinero y pueden gastarlo en una experiencia compartida, como un paseo corto o un buen restaurante.

#17 Estás interpretando mal la selección de pareja en la especie humana. Un bebé humano es dependiente de otros por una cantidad bestial de tiempo, y gran parte de su desarrollo en términos de habilidades de supervivencia depende de la crianza. En consecuencia, buscar buenos genes termina siendo solo una parte de la ecuación, y al final componentes como el ser “buen padre” (protector, atento, gentil con los más débiles, emocionalmente estable) o ser un buen proveedor (ambicioso, trabajador), lo que en principio ayuda a garantizar la supervivencia de descendencia apta, pueden inclinar la balanza y despertar en la hembra el interés reproductivo, que nuestros complejos cerebros humanos actuales convierten en atracción y posteriormente en amor. Con ello no quiero decir que el amor esté ligado al deseo de reproducir, igual que el deseo sexual no necesariamente lo está, pero el origen biológico de las reacciones químicas en el cerebro que a su vez generan las respuestas emocionales está ahí.

Como he dicho antes, somos menos sofisticados de lo que nos gusta creer que somos.

No quieren parecer elegantes ni sofisticadas. Eso solo vende a un mercado al que ellas no apuntan, que es de millennials viejas para arriba.

Quieren estar a la moda para venderse bien entre el público adolescente y adulto joven, que es lo que hace que las marcas les inflen las carteras.

Nunca asumas que sabes por qué la gente hace lo que hace.

Dedica ese día a la persona que más te puede querer, mimar y admirar: tú mismo.

Ni karma ni destino. Error de juicio.

Aprende a conocer a las personas antes de interesarte en ellas románticamente, y piensa más con la cabeza y menos con la entrepierna. Ya verás qué diferencia.