Desde luego. La enfermedad del alma, cuando no procede de una condición congénita, surge del contexto vital. Tengo la convicción (y esto difícilmente se puede expresar en público) de que muchos suicidas no están enfermos, lo está la sociedad en la que residen y de la que se despiden.
Cuando falta el soporte emocional, esto es, social; cuando la integración falla; cuando el sentido no se encuentra por más que uno lo intente, finalizar el trayecto es una decisión comprensible y respetable.
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Cuando falta el soporte emocional, esto es, social; cuando la integración falla; cuando el sentido no se encuentra por más que uno lo intente, finalizar el trayecto es una decisión comprensible y respetable.