Mamá, fuiste tu quien se ofreció a hacer de canguro de tu diabólica sobrin...


Enróllala en una alfombra y tírala por las escaleras
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Has tocado un punto que yo misma he vivido las pocas veces que he hecho de canguro. De ello he aprendido que, si tienes que cuidar a un crío, exígeles entre las condiciones a los padres la autorización para reñirle y castigarle cuanto sea necesario; y si no te la dan, les dices que adiós y muy buenas. Pero no transijas en eso, porque tratar de cuidar a un niñato imbécil sin poder tomar medidas es como desactivar una bomba con las manos atadas a la espaldas.
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¿Que se disgusta? Así no aprenderán a ser personas maduras.
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