No creo que esté en tu mano asegurarte de que el crío tenga buenos o malos amigos en la infancia. Naturalmente puedes orientarlo sobre las cualidades realmente valiosas en las personas, pero si intentas imponerle tus estándares o esquemas lo único que lograrás es que no aprenda a relacionarse y desenvolverse por su cuenta en las dinámicas de grupo con sus pares, lo que irónicamente le va a complicar la socialización a lo largo de su vida.

Y no es verdad eso de que los amigos nuevos siempre queden en segundo o tercer lugar respecto a los amigos de la infancia. He hecho amigos en muchas etapas de mi vida y aunque obviamente siento cariño por todos ellos, me siento más cercana a amistades hechas ya en la edad adulta, porque desarrollé afinidad con ellos en etapas más cercanas a mi mentalidad actual y tengo más en común con ellos.

Si siempre terminas siendo dejado de lado, es posible que simplemente nunca aprendieras a elegir bien a tus amistades.

#1 @reaccionario Tiene pinta de ser un TQD reciclado de hace bastantes años. Memondo hace eso últimamente al parecer.

En gustos se rompen géneros y por más genial que sea algo y por más gente que lo aprecie, siempre habrá alguien a quien no se lo parezca. El día en que todos pensemos igual habrá muerto bastante de la humanidad.

Si tu mayor satisfacción es meramente circunstancial, replantéate que estás haciendo con tu vida.

Y todos los empleos son dignos, dicho sea de paso.

Una emergencia en el trabajo o la escuela no falla (un problema con un cliente, un error en un sistema o un documento que se tiene que entregar antes de X fecha, por ejemplo). También puedes argumentar un compromiso que no recordabas en tu agenda, o incluso una emergencia familiar (dependiendo de con quién sea la cena y que tanta confianza se tengan, a lo mejor ni siquiera tienes que dar detalles).

#2 @skuldnornao A lo mejor justamente se muda por cuestiones de trabajo.

La orientación sexual no necesariamente está definida e inamovible a lo largo de la vida. En ocasiones puede cambiar o moverse más de una vez dentro de un gradiente. Si no te aclaras de momento, tiempo al tiempo; no intentes buscarle una etiqueta y deja que sean tus sensaciones y emociones las que poco a poco definan tus nuevos estándares.

Porque ese era su público target en un inicio, y los adultos más mayores se quedaron con la idea.

#8 Ah, y TikTok. Maldito TikTok. Ojalá acabe como Vine. Y que alguien con muy mala hostia se cargue a los infelices que suben compilaciones de una hora de esa cosa a Youtube. Y de paso al listo que puso YouTube en la maldita Nintendo Switch.

O que me mate a mí por darle al crío una Nintendo Switch. Sí, eso mejor.

Nunca me ha parecido una imagen agradable el "eterno adolescente" que intenta a toda costa mantenerse en las tendencias de los más jóvenes, pero si te empeñas, hay dos maneras de mantenerte siempre al día sin tener que proponértelo como tal: dedícate al marketing o publicidad (casi cada moda y tendencia juvenil serán objeto de estudio en algún momento), o convive con niños/adolescentes y procura mantener una comunicación activa con ellos (probablemente los oirás hablar una y otra vez aquello que les mola; si escuchas con atención y haces las preguntas adecuadas tendrás la información que buscas).

Gracias a mi sobrino sé lo que es el reto del "haz X gilipollez por 24 horas", quienes son Los Polinesios (ugh), qué es el slime y sus variedades infinitas, que existe eso de "ponerfrasetodajunta.jpg", y de qué va el dichoso Fornite. Sabiduría infantil en toda su horrenda gloria.

Creo que no eliges conscientemente, sino que de forma natural simpatizas más con ciertas facciones dependiendo de tu edad, experiencias, situación de vida actual, o incluso para apoyar al menor de los males (muy común en Latinoamérica). Claro que lo ideal sería primero empaparse del tema y conocer todos los puntos de vista, pero la mayoría simplemente tirará de lo que más le haga "clic" de manera orgánica (por eso los demagogos son tan peligrosos).

Puedes hacer una y mil cosas para convencer a tu novio de que no te de la lata mientras tienes interacciones con tu ex, pero no puedes hacer nada para evitar que se sienta inseguro o amenazado por su presencia en tu vida. Las inseguridades de este tipo son multifactoriales y tienen componentes que dependen de ti y del pasado que compartes con esa persona (de si ese ex fue "el amor de tu vida" y algo se interpuso, por ejemplo) y (aquí está el punto crítico) factores que no dependen de ti y por los que nada puedes hacer, que están ligados a la personalidad y desarrollo emocional de tu pareja, a sus experiencias pasadas, traumas, miedos y formación. Y salvo quizá obligarlo a tomar terapia (cosa que rebasa los límites de lo que deberías tener potestad de hacer), realmente no puedes hacer mucho al respecto. Pon en una balanza si la amistad recuperada con tu antiguo amor compensa el hecho de que muy probablemente estás minando la relación con tu novio y haciéndole daño. Y en base a las conclusiones que saques toma una decisión.

Solo es el principio del fin cuando la relación se sustentaba en desconocer ciertas facetas del otro. De alguna manera todas las relaciones pasan por un periodo de adaptación donde se hacen concesiones y negociaciones para llegar a un equilibrio dentro del hogar, pero si sientes que es un caso perdido, piensa que es mejor descubrir eso ahora que con una boda o niños de por medio. Date (y dale) un tiempo razonable para llegar a una rutina agradable para los dos, y si no, puerta.

#8 @shitenko Es cierto que las redes estaban bastante menos presentes en nuestras vidas. Aunque yo siempre fui una friki asocial pegada al ordenador, así que supongo que mi actividad online era bastante más alta que el promedio de aquel entonces (dirigía un foro de comics y tenía un blog... que cringe xD)

Respecto al tema del peso y la figura, me imagino que en Europa algunas cosas se vivieron diferente. En México, entre las niñas "fresa" (pijas) que constituían mis círculos, si pesabas más de 55 kilos o tenías algo de tetas/culo ya eras "una vaca". Se me quedó muy grabado porque justo fue la época en que estuve más metida en la anorexia y todo el mundo tenía algo bueno que decir de mi escuálida figura, de mis omóplatos salidos o los huesitos de mi cadera marcados en los pantalones ultrabajos (hoy otros ven mis fotos viejas y dicen, con toda la razón del mundo, que dan grima). Fue la época en la que las famosas (y horrorosas) páginas de "ana/mía" (apología a los trastornos alimenticios) empezaron a brotar como hongos en día de lluvia por toda la internet. Ya que hablas de series, chicas como Anahí, una actriz juvenil bastante popular en esos años, después hablaron abiertamente de haber padecido trastornos alimenticios durante su época de mayor éxito. Y eso lo ves también en la variedad de tallas disponibles. Cuando yo era adolescente (antes de empezar a matarme de hambre) conseguir ropa juvenil en talla 32 (44 de España) era una odisea por demás humillante. Ahora veo chicas que fácilmente rebasan los cien kilos con ropa monísima y totalmente adecuada a su edad, y me maravilla (al punto de conmoverme) ver lo mucho que ha cambiado la industria y la mentalidad en poco más de una década.

Esta no es una época tan mala para estar vivos, después de todo.

No estoy segura de que sea lo mismo, pero he estado cerca del suicidio y, por encima de cualquier emoción o sentimiento que me hubiera acompañado hasta ese punto, la sensación predominante era de libertad.

La selección natural no es justa porque la vida no lo es. No está diseñada para serlo, y de serlo, probablemente se habría frenado su desarrollo y evolución hace mucho. Ahora bien, como humano estás en una posición ventajosa respecto al resto del reino animal, por la cantidad de opciones que tenemos a nuestra disposición (independientemente del debate de comentarios sobre si eso forma parte de la adaptación natural de nuestra especie o no). Un urogallo pequeño o con plumas feas poco puede hacer para atraer una pareja y reproducir, y otro urogallo con un problema del corazón probablemente muera en poco tiempo. En cambio, un humano tiene a su disposición cirugías, tratamientos médicos, y siempre puede trabajar en su arreglo personal, en su personalidad, incluso aprovechar los conocimientos de otros humanos para bajar de peso o sanear una piel llena de imperfecciones, por ejemplo. Siguen sin estar al alcance de todos, es verdad, pero bueno, siguen siendo condiciones mejores que las de la mayoría de especies en estado silvestre. Algo es algo.

Puede que lo que haya cambiado sea tu círculo. A partir de cierta edad se empiezan a valorar otras cosas y también la gente se toma más tiempo para conocerte. En todo caso, no tienes porqué hacer nada, deja que las cosas fluyan naturalmente y si con alguna te sientes a gusto y quieres intentar algo más, adelante.

#3 #4 Definitivamente no creo que sea un caso común como lo quiere hacer ver #0, pero yo sí lo he visto pasar, con un familiar mío para más inri, y fue para "darle en la torre" a su ex. Quería quitarle a sus hijos para joderla, porque fue ella quien lo dejó, no porque quisiera hacerse cargo de ellos. Y enseguida encontró a otra ingenua varios años más joven que en espacio de unos meses se quedó a cargo de los dos niños que la odiaban más un bebé propio. Ni que decir que fue un desastre y los niños, hoy adultos, salieron afectadísimos por todo el pleito, pero eh, que era más importante "ganar" que pensar en su bienestar.

No nos das detalles, así que no sé si es que realmente estuviste en la reunión familiar de Flanders o si esperabas un fiestón con líneas de coca incluídas hasta el amanecer y te topaste con una tranquila velada. Pero obviamente, a cualquier edad hay de todo, no hay una edad en la que la individualidad caduque si eso es lo que te preocupa.

Mis reuniones con treintañeros son bastante variadas. Ya no hay un esquema común de "trabajo-hijos-hipoteca" como ocurría en generaciones anteriores para casi toda la gente de cierta edad, así que los temas, actividades y energías varían mucho de una persona a otra. Y como muchos grupos sociales se formaron en la adolescencia, en ellos suele haber de todo conforme pasan los años.

#2 @shitenko No sé si cuando dices 30 quieres decir que tienes treinta y muchos y tu época fue diferente, o si estas cosas tardaron más en llegar a España (aquí tenemos mucha influencia de EEUU), pero yo tengo 30, y recuerdo haber vivido en mi adolescencia mucho de lo que mencionas como "males modernos". A nuestros 15-16 estaban en pleno apogeo MySpace, Hi5, y poco después todo el mundo tenía Fotolog/Metroflog para subir sus centenares de selfies sacadas con las horrendas cámaras de los Sony Ericsson (yo todavía tengo el mío, color naranja fosforito y con las 60 canciones que le cabían xD). Ya en ese entonces era una desgracia no tener móvil, mucha de la comunicación ocurría vía SMS y con ese lenguaje de abreviaturas y caritas para no agotar el límite de caracteres.

Lo de la imagen... justo la era de oro de la extrema delgadez fueron finales de los 90's y los 2000's. En vez de las Kardashian como iconos de moda, teníamos a Paris Hilton, Nicole Richie o las gemelas Olsen y sus delicadas estructuras como modelo a seguir. No existían ni la variedad de tallas y prendas de talla grande que existen ahora, ni ningún icono que yo recuerde a bote pronto (de redes o de medios tradicionales) con un cuerpo que se saliera de la norma.

En la música puede ser que tengas razón, MySpace fue la cuna de mucha música alternativa y se oía una gran variedad de ritmos entre los adolescentes (yo fui mucho del New Metal y el Ska), aunque ya por entonces la música que se escuchaba en los sitios de moda era casi toda igual (y es la era que vio nacer el reggaetón, después de todo). Recuerdo perfectamente a mi yo de 17/18 años dándolo todo en el antro al ritmo de Wisin y Yandel (sí, ya sé que qué asco), y cantantes como Shakira abandonaron los temas con algo de significado para dar lugar a la música netamente comercial y genérica también por esos años.

No veo tanta diferencia con la juventud de ahora.